sábado, 15 de mayo de 2010

Dulce Compañía

- ¡Hola!¿de nuevo acá?

- ¿Hola? no te sorprendas tanto, siempre vengo.

- ¡Ah! es cierto, recuerdo haberte visto un par de veces.

- Yo creo que te conozco hace años, hay algo en ti que me resulta un poco familiar, es como...

- ¿Como si nos conociéramos de antes? no, eso es imposible, yo soy nuevo por acá.

- Hmmm, era un decir.

- Ah! Sí, sí a mí también me ha pasado! uuh! Una vez me pasó que... (silencio)

-  que...

- No, mejor no, jajaja, ¡qué loco!

- Siempre haces lo mismo. Pero ahora me iré y te dejaré sin compañía.

- ¿Te irás?

- No, me quedaré un momento más, pero sólo un poco más. 

- No te vayas, juguemos a algo... mira - Saca un libro de sopa de letras y señala algunas palabras- ya, todas estas te van a tocar a encontrar a ti y el resto serán mías

- No tengo lápiz.

- Yo tengo uno, hmmm, bueno ahí te lo voy prestando, cuidado que soy profesional en la sopa de letras.

- ¿Y qué si pierdo?

- Me traes un chocolate, alguno grande... ¿tú qué quieres en caso que pierda?

- Un lápiz, uno para jugar a la sopa.

- Ya, ¡listo!

- Acá encontré una

- A ver, a ver, sin hacer trampas ¿ah?

- ¡Mira, otra!

- Ya, me voy a poner las pilas mejor... ya quisiera comerme ese chocolate con alemendras

- ¿Con almendras?

- Claro, tiene que ser uno bueno, alguno que esté a mi nivel.

- ¡Oh! mira la hora, ya me debo ir. Se cancela el juego. Chao- se levanta, se va alejando- nos vemos.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario