lunes, 28 de marzo de 2016

Si fuera ave


El día que sea ave, seré ese pato negro y exótico que he visto en la ribera del Achibueno. 
Encontrar bello algo tosco, negro, sin colores, parece que estuviera fuera de la norma. Por eso el poema de la Higuera de Juana de Ibarbourou es tan popular, por encontrar un árbol de hojas tiesas. En realidad, el sentimiento de ella es piedad. Yo a ese pato negro le tengo admiración, busca la rama más débil, del árbol más alto, del cerro más empinado. Qué paisajes bellos guardan esos ojos oscuros. 

También lo he visto nadar en el río, busca las parte más cercana a las rocas, prácticamente con todo el cuerpo en la superficie y son sus patas las que permiten el movimiento. Como todo pato, imagino q al salir del agua, está completamente seco. Lo que en cierta medida, es envidiable también. 

Yo lo he visto en el "Santuario de la Naturaleza", pero los humanos no entendemos eso. Recientemente, supe que los cazaban, pese a su carne dura y escasa. Por cada bandada de otras aves, yo he visto un pato... bueno, una vez vi dos. Se peleaban la endeble rama. 

Aunque puede ser un poco intimidante por el color (se nos ha enseñado que lo "oscuro" es malo) o por su pico grueso, yo admiro a esos patos del Achibueno

Requiebro


Desearía volver a cuarto medio, sabiendo las cosas que sé ahora. 
No son esas remembranzas, con el recuerdo de "juventud"que a las personas mayores les traen tantas alegrías. Tampoco quiero que suene a que ahora me las sé todas y que antes no cachaba una. Sólo que hubo un conocimiento formal que aprendí de mi familia, que potenció mi área académica, pero hubo deficiencias en otras áreas.

Recuerdo con algo de vergüenza, mis fallidos intentos por negar mi naturaleza de mujer, a la que responsabilicé tanto tiempo por todo lo malo que me aconteció. Aquel niño al que le hablaba de fútbol,cuando realmente, quise abrazarlo, quise decirle que me alegraba su compañía y que al verlo ahora, sólo representa mis miedos de pubertad. A veces sueño y repaso eso (ya no sé por qué se hace tan latente ahora) lo revivo y me replanteo cómo sería la situación con lo que sé ahora, sin acobardarme, sin idealizar todos los momentos.
¿Qué voy a hacer ahora? Nada, ya pasó. Pero la pubertad vuelve a mí con sus miedos, cuando tenía que decidir a dónde irme y me aterraba el desafío. Todo era cambio constante y a mí me gusta la estabilidad. He vuelto a ese mismo agujero, como cae cualquier auto empantanado que conoce el camino sólo de verano, pero ha cambiado junto con las lluvias. Lejos de retroceder, sigo avanzando y llevando la mochila de los miedos como suela de zapatos donde pueda pisarlos o usarlos de trampolín para llegar a un destino mejor del que me encuentro. 



Dedicado: Al compañero que rayó mi estuche de Minie con la inscripción "GB"

domingo, 6 de marzo de 2016

Ruta

      Un vuelco inesperado en la historia, hace más sorpresivos los resultados. 
      El camino donde no hubo signos "pare" y ,donde otra, tuvo que ceder el paso. 
      Es, simplemente, que está mal valorado tomar el que en apariencia es camino fácil.
      Hasta la planicie más inofensiva tiene sus baches y hasta en la playa se puede encontrar piedras.