viernes, 6 de septiembre de 2013

Caligrafía

En una entrevista a Miranda, una banda argentina de pop, recordaban antaño cuando recibían cartas. No emails, no twitters, no Facebook. Cartas hechas a letra y puño. Donde la vocalista decía que podía identificar a personas por su letra. Característica que se perdió irreversiblemente, sería imposible recordar la letra de alguien.

También concluían que darse cartas en estos tiempos sería doblemente romántico ahora, ya que es un fenómenos en extinción.

Yo sí me escribía cartas con el que fuera mi pololo. Era algo extraño porque nos las dábamos cuando nos veíamos y suelen darse cuando uno no se ve. Aún así era un lindo gesto, ya no los tengo guardadas, no todas. Creo que dejó de escribirme cuando critiqué su ortografía y pésima caligrafía, esa combinación de mayúsculas - minúsculas, imprentas - manuscritas. No sé si me arrepiento, ahora lo encuentro desatinado, pero en ese momento estudiaba pedagogía en Castellano.