Un día de lluvia, lo común en
pleno invierno. En Talca, con sólo ganas de llegar luego a la casa. Me vine por
el "atajo" para tomar bus que se vienen directo y que no hacen esa
molesta parada en San Javier. Pero no, llegué algunos minutos tarde y no pude abordarlos.
Tuve que cruzar e irme con los
que le paran hasta a las ánimas, sin importar lo lleno que vaya el bus. En eso
que estoy a punto de subirme, veo al niño que tanto me gustara en básica
(séptimo y octavo para ser más específica) Lo llamé por su nombre, sin estar
muy segura de que fuera él. Él me reconoció y nos saludamos, en menos de 2
minutos intentamos ponernos al día de nuestras vidas. Veníamos al mismo
destino, era la oportunidad para conversar un poco más. Mal que mal habíamos
perdido contacto desde que nos licenciamos. Pero yo preferí tomar el bus que
salía inmediatamente, mientras que él esperaría el siguiente que iba más vacío.
No sé si me arrepiento de haber
esperado un poco más. Ni tampoco sé hasta dónde habríamos llegado al seguir
hablando, y hubiera corroborado que él -al igual que yo- también hubiera estado
soltero y sin hijos. Supongo que las cosas no hubieran cambiado mucho, no
estaré en otra relación a distancia. Y en los dos minutos que hablamos, ya me
percaté que así sería.
Sólo soñar, en que quizás nos
reencontraremos de nuevo y que sí podremos hablar más.