Los chocolates me los he ido comiendo lentamente, porque mucho temo que al terminarlos, concluya el único débil lazo que me queda contigo.
¿Qué puedo decir?¿Es acaso que me sigue dando miedo una despedida, después de las muchas que ya hemos tenido? No, ya estoy acostumbrada, ahora vuelvo a la normalidad. Estoy sola.
Mal que mal, la vida entera es sólo un cúmulo de saludos y despedidas.
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