Yo buscaba la belleza absoluta... la buscaron los poetas del Barroco, en su decir bello o en las frases a veces ininteligibles. Y después de leer el soneto XLIV de Pablo Neruda puedo llegar a la conclusión que quizás lo bello deba tener obligadamente algo de feo y viceversa.
La belleza es inasible además. Así que quizás cuántas veces he estado frente a ella y yo perdiendo el tiempo tratando de retenerla. ¿Qué soy frente a la belleza? Una simple espectadora despistada, que sólo veo (sin crearla) y que encima ubico mal el foco.
Ahí va la belleza cogida de la mano con la fealdad, yo me despido avergonzada.
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